viernes, 7 de noviembre de 2014

SAGA HIJA DE HUMO Y HUESO: SUEÑOS DE DIOSES Y DE MONSTRUOS (3/3)

Vuelvo a aclarar: voy a separar esta reseña en cuatro puntos: «de qué se trata», «opinión personal», «nota» y «conclusión final». Sólo «opinión personal» tiene spoilers; el resto pueden leerlo sin problemas si no leyeron ya el libro. Están avisados!

GÉNERO: Fantasía, Acción, Romance.

AUTOR: Laini Taylor.

PERSONAJE FAVORITO: Mik, Zuzane, Liraz.

PERSONAJE ODIADO: Esther, Jael, Razgut.

DE QUÉ SE TRATA:
La guerra por fin ha estallado. Luego del reencuentro de Karou y Akiva, los dos se permiten soñar con un futuro, con la paz, con una vida juntos. Pero primero tienen que conseguir que sus especies, los Serafines y las Quimeras, se unan en batalla. Mortales enemigos desde siempre, Karou y Akiva tendrán que convencerlos de que la unión es lo único posible para la supervivencia y el único medio de terminar con la tiranía de Jael. Mientras, tendrán que guardar muchos secretos que, de salir a la luz, podrían arruinarlo todo…

OPINIÓN PERSONAL:
Esperé este libro con muchas ansías porque el primero y el segundo me encantaron. Me absorbieron de tal manera que me los leí en pocos días, me obsesionaron y quise saber cómo Taylor iba a resolver esta gran historia.
Pero en seguida tuve este libro en mis manos ­­-es una manera de decir, lo leí en archivo pdf-, se me hizo insoportable. Mientras que el primero y el segundo pude acabármelos en cuestión de días, éste me llevó meses porque simplemente no podía pasar las páginas. Por fin, después de no sé cuánto tiempo, lo terminé y fue una decepción. Así que, como es obvio, estoy muy triste –en contraste con la felicidad de haberlo terminado por fin-.
Estos son los problemas: el libro es pesado de leer, muy largo para mi gusto –tiene 350 págs que se hacen eternas- y su final es muy What the fuck! Ampliemos:
La escritura. Lo que encontré adorable en los anteriores libros por la forma en la que Taylor escribe, hasta gracioso, aquí se convirtió en algo tedioso e insoportable. Por momentos, parecía que el objetivo de su relato era prolongar la historia, lo cual es en absoluto innecesario. El problema principal de Taylor radica en que tiene fórmulas o palabras que repite hasta el hartazgo y no aportan demasiado a la trama. Por ejemplo: la comparación de la felicidad con un trozo de pastel. Se repite desde las perspectivas de Karou, de Zuzane… Me hace pensar únicamente que Taylor disfruta de los postres. Taylor, te pago la mesa dulce si querés. En serio, no había otro objeto de comparación? Al final, todo se reducía a esa porción de “pastel” que iban a llegar a comer si todo salía bien. Y cansa.
A su vez, hace comentarios idiotas o de niño que parecían muy graciosos en los primeros libros, pero aquí lo hace para tontos. Este libro es mucho más oscuro que los anteriores y, aún así, esos comentarios que tenían la intención de distender o simplemente expresar un pensamiento adolescente no hacen más que mostrar a los personajes como inmaduros y bastantes idiotas.
Los nuevos personajes. Es, posiblemente, lo que más me irritó. Taylor introduce personajes como Eliza, Morgan, los Stelian… que no son realmente necesarios para la historia. Odio cuando los autores hacen eso. Como si ya no tuvieras suficientes personajes con los que lidiar, en el último libro deciden agregarte más. No estaría mal si siguieran siendo secundarios cuya utilidad fuera ser parte de la guerra. Pero un personaje al que intenta hacérselo principal y cuya participación no aporta nada a la guerra? Me parece algo completamente inútil. Además, hay algunos de esos personajes que no tienen un cierre propiamente dicho, como Morgan o Esther. Y ver sus puntos de vista no fue emocionante ni aportó a la trama.
El mayor problema fue Elizabeth. Se le da un espacio súper importante –acerca de un tercio del libro debe ser sobre ella-, pero la importancia de esta mujer no hace más que causar confusión. Su existencia, revelación y participación sólo se completan cerca del final del libro para aportar otra trama –y otra guerra- a una historia que tendría que haber concluido. No participa en la guerra y su procedencia es confusa –al menos para mí-, lo que baja varios puntos a la novela.
Los Sterlian son interesantes sólo por el hecho de estar relacionados con Akiva. Pero su vida y misión en Eretz es la que introduce esta nueva trama a la novela… en sus últimas 30 págs!!! Acabamos de terminar una guerra y por fin encontrar un momento de paz para que el destino de estos personajes se vea modificado totalmente en una nueva batalla mítica multidimensional que, sinceramente, no tiene ningún sentido. Ya teníamos suficiente con las Quimeras y los dos tipos de Serafines que ahora tenemos que además pensar en otros mundos, con monstruos sombras y dioses estrellas??? WTF?! Totalmente innecesario, Laini. Si el objetivo final del libro era separar a Karou y Akiva, podrías haber buscado otra excusa.
Lo que nos lleva al tercer y último punto de mi gran frustración y decepción: el final. Cuando Karou y Akiva por fin vuelven victoriosos a Eretz luego de detener a Jael –el plan para detenerlo estuvo muy bueno-, todos por fin tienen un momento de paz para revivir caídos y entablar lazos. Por fin podemos ver un final feliz para los protagonistas, Mik y Zuzane e incluso Ziri y Liraz.
Pero cómo se puede hacer este final un poco menos rosa y más desgarrador?? Inventemos una guerra nueva. Aparecen los Stelian diciendo que Akiva es un peligro para los mundos porque el uso de su poder quiebra el velo que los separa y, si sigue haciéndolo, va a liberar a unos monstruos destructores del universo. En vez de dejarlo ir con una advertencia, ya que Akiva no lo sabía pero ahora puede jurar no volver a hacerlo, lo obligan a irse con ellos, separando a Akiva y Karou durante meses luego de ya estar años separados. Es una broma? No tuvieron ni cinco minutos juntos para disfrutar el fin de la guerra, el principio de la paz y el reinicio del amor para que vengan estos a llevárselo.
Y ahí es cuando por fin Eliza cobra importancia. Es una descendiente de ángel y tiene el poder de la profecía. Ella augura que los monstruos sombras destructores del mundo serán derrotados por los Dioses estrellas y los Dioses estrellas son…. ellos. Akiva y otros tantos más, destinados a ganar esa nueva guerra que aún no estalló pero lo hará y del que sólo sobrevivirán unos pocos. Guau! Buen augurio.
Así, Akiva se va por su lado a ayudar a los Stelian a reconstruir el velo y Karou se queda para juntar las almas de los caídos. Mik y Zuzane están comprometidos y pasan su tiempo entre la Tierra y Eretz a lomos de una bestia que sólo ellos lograron en la historia montar –en serio?-. Y de la pareja nueva más interesante de todas, Ziri y Liraz, no se sabe nada.
La historia concluye con el encuentro de Karou y Akiva después de meses y la promesa de vivir juntos por el invierno en una casa propia, al menos hasta que la primavera llegue y tenga que separarlos de vuelta –lo que me recuerda al final de Graceling, sólo que los amantes pasaban tiempo separados por elección propia, lo que lo hace mucho mejor para esta clase de finales-.
Y ahí está toda mi frustración. Entre que el libro es tedioso, se hace largo, los personajes nuevos no son interesantes y realmente su participación parece una estupidez y encima tenemos un final donde los protagonistas tienen que pasar más tiempo separados que juntos luego de meses y años de ausencia… me parece una patada en el culo. Perdón, Taylor, pero lo arruinaste.




CONCLUSIÓN FINAL:

Un final de saga frustrante, gris y poco concluyente, con algunas cosas tiradas de los pelos. Esperaba más y fue una decepción. Una pena para esta historia que prometía mucho.   

YO…
LEERÉ EL SIGUIENTE?: -
LO COMPRARÉ?: No.
LO RE-LEERÉ?: No creo que valga la pena. 
LO QUEMARÉ?: Nah.
LO EXORCISARÉ?: Tal vez.

RENOMBRADO COMO: Sueños de lo que podría haber sido.
TE GUSTARÁ SI LEISTE: El Catalejo Lacado.

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